
Algún despistado podrá pensar que se trata de un mero error y que debió haber escrito:
"Máximo se cayó de la trepadora"
Pero analicemos lo escrito...
(Máximo) se calló de la trepadora.
¡Qué giro magnífico y a su vez que ejemplo digno de imitar! Habiendo tantos otros que gritan a viva voz de la trepadora, tomada aquí la preposición como local (de/desde). Todos gritan, uno calla. Es Máximo.
Interpretación siniestra:
Tomada la preposición "de" en su acepción más general, como pertenencia u origen, no nos es posible evitar el estremecimiento al pensar "cuál es el terrible secreto de la trepadora" y en especial "¿por qué lo calla Máximo?" Le preguntaremos, pero sospechamos que seguirá callando.
Interpretación deportiva:
calló - pto. perfecto modo indicativo del recién acuñado verbo "callar", verbigracia "hacer callos"
Y sí, la trepadora es de madera. De tanto frecuentarla es lógico que el alumno desarrolle callocidades en distintas partes del cuerpo (manos, rodillas, presumimos ¿codos tal vez?)
Se calló el alumno y, al verlo así callado su madre se alarmó y creyó prudente la consulta médica que despejó dudas.
Se aceptan otras interpretaciones