martes, 6 de noviembre de 2007

Así es otra cosa



Cuando se quiere interpretar seriamente un texto, es imprescindible contar con un registro escrito. No nos cansaremos de recalcarlo. No pueden aceptarse reseñas verbales bajo ninguna circunstancia, a riesgo de cometer graves errores. Valga de ejemplo el caso planteado ayer, cuando interpretando lo enviado por un/a colaborador/a discurrimos sobre el motivo que llevaba a (....) a escribir la palabra ambulancia con h inicial.
La hipótesis planteada, que hacía referencia a la asociación de palabras (ambulancia/hospital) y que fuera no sólo aceptada sino más aún, celebrada, debe ser rechazada inmediatamente cuando se tiene a la vista el escrito, dado que el hospital no presenta consonante doble alguna.

Resulta evidente que se trata entonces de una onomatopeya, con ciertos dejos de barbarismo (dado que se ha asignado a la muda h castellana el sonido de una j aspirada). Así pronunciada la palabra "jammbulancia" nos lleva a pensar indiscutiblemente en la sirena que el vehículo utiliza en caso de emergencias, es decir cuando se produce la circunstancia que nos lleva a llamarla. ¡Notable esfuerzo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Son puros errores de tipeo! No vale la pena interpretarlos.